Castagnino+macro

Paisaje de la mancha fue parte de la serie Paisajes que Renzi comenzó a bocetar hacia fines de 1967 y desarrolló en 1968. En esta serie Renzi utilizó plantas vivas en arquitecturas domésticas que emplazaba en las salas de exposición.

En las obras Paisaje con nube y Gran interior rojo (Homenaje a Matisse) -ambas presentadas en el Primer Salón de Pintura Joven del Litoral organizado por G.E.M.U.L. en 1966- se ubica el origen de esta serie y el avance de la pintura al espacio real. En el título Paisaje se vislumbra una recuperación de la visualidad de aquellos primeros objetos, un retorno a ese mundo cotidiano al que Renzi no cesó de regresar en su extenso recorrido artístico. Esta serie surgió luego de sus Proyectos con agua, la más distanciada estéticamente de sus resoluciones y si bien prolongó en los Paisajes las operaciones vinculadas al ready made, la nueva serie incrusta la vida cotidiana en el escenario del arte. 

De  todos los proyectos que compusieron la serie, Renzi llegó a materializar sólo dos en 1968: Paisaje, presentado para el Premio de Honor Ver y Estimar hacia fines de abril y Paisaje: modificación del espacio, presentado en la muestra Bortolotti, Favario, Renzi realizada en Galería Lirolay entre el 8 abril y el 22 mayo de 1968.

Paisaje de la mancha no llegó a materializarse hasta 1984, en ocasión de su retrospectiva de 1984 en el Museo Juan B. Castagnino, donde el mismo artista construyó y reconstruyó proyectos de esa época que no llegó a concretar en ese momento o que habían sido destruidos. De carácter más narrativo y dramático, Paisaje de la mancha se despega de los proyectos de su serie al resonar con los acontecimientos violentos que marcaron 1968 y al que los artistas empezaban a aludir de forma más directa. En este caso, la instalación comprende un plano de ladrillos rojos sobre el piso de la sala, dispuestos como una estructura de repetición con alternancia de horizontales y verticales como en un piso exterior sobre el que se ve una mancha roja que se ha intentado borrar. Se produce la sensación de un vacío o la extrañeza de ser testigos de un hecho trágico, al igual que Paisaje se trata de un recorte de la realidad pero en este caso signado por la violencia. 

La mancha roja alude a una mancha de sangre y automáticamente entra en diálogo con otras obras de su contemporaneidad, algunas de ellas incluso realizadas por el mismo artista. El proyecto acontece en un contexto de radicalización de las prácticas artísticas que fueron siendo cada vez más explícitas en su rol de denuncia. En primer lugar, la instalación se asocia a Mancha de sangre, obra de Ricardo Carreira, artista pionero del conceptualismo argentino y con quien Renzi tenía contacto y veía como uno de sus principales “referentes internos”. La obra de Carreira consistía en una especie de charco rojo, realizado en resina poliéster sobre el piso, que presentó entre abril y mayo de 1966 para la muestra colectiva Homenaje al Viet-Nam en la galería Van Riel. De esta “muestra-manifestación”, participaron 200 artistas, entre ellos, León Ferrari con La civilización occidental y cristiana, censurada un año antes en el Premio del Instituto Torcuato Di Tella. Paisaje de la mancha también establece conexiones con la acción grupal de la que participaron conjuntamente artistas de Rosario y Buenos Aires en la que tiñeron fuentes con tintura roja, como homenaje al Che Guevara, a un año de su muerte el 8 de octubre 1967. Según el relato de Renzi, la intervención callejera no funcionó, la tintura apenas teñía las aguas de un pálido rosado que se desvanecía rápidamente. 

Ya en los setentas, Renzi realizó una serie obras que denominó Panfletos, contando como el primero de ellos a Tucumán Arde (1968), al que siguió Panfleto 2, presentado en la muestra De la Figuración al Arte de Sistemas en el Camden Arts Center de Londres, organizada por Jorge Glusberg en 1971. La obra contenía la foto de Carlos Saldi en la que se veía al estudiante Luis Blanco tirado sobre una calle empedrada, luego de que lo acribillaran durante el Rosariazo. La fotografía estaba intervenida con esmalte rojo y se completaba con un balde con líquido rojo que simulaba recoger la sangre derramada en la foto. A esos dos elementos les sumó una consigna en inglés que declamaba: “Esta sangre es sangre latinoamericana derramada en nuestra lucha por la liberación. Tarde o temprano habremos de cobrárnosla”.1

En Paisaje de la mancha Renzi da un paso hacia la obra política, sin perder el gesto poético. A medida que fue avanzando 1968, Renzi se fundió en los proyectos artísticos grupales de denuncia que configuraron el itinerario del ’68, adoptando un rol protagónico en la escritura de los textos y el diseño de muchas de las acciones colectivas.  


Romina Garrido

 

BIBLIOGRAFÍA

1. Ana Longoni (2009). El panfleto como una de las bellas artes, en Cat. exp. II. Juan Pablo Renzi (1940-1992) La razón compleja (2009). Buenos Aires: Fundación OSDE.




Renzi, Juan Pablo

Casilda, provincia de Santa Fe, 1940
Buenos Aires, 21 de mayo de 1992

En la Escuela Municipal de Bellas Artes de Pergamino estudió dibujo y pintura con Gustavo Cochet. Entre 1960 y 1966 concurrió al taller de Juan Grela, en la ciudad de Rosario. Cursó cuatro años de Bioquímica en la UNR, carrera que abandonó en 1962 para dedicarse de lleno a la producción plástica.

Entre 1963 y 1966 realizó sus primeras exposiciones, presentando una serie de grandes telas que manifestaron la influencia de los expresionismos extranjeros. En esa época compartió sus experiencias junto a sus compañeros de taller Aldo Bortolotti, Eduardo Favario y Carlos Gatti.

El general Mambrú, fue realizada el año en el que se produjo en Argentina el golpe de estado llevado a cabo por el General Juan Onganía. Obra paradigmática que marcó el cierre del período expresionista de Renzi. Asimismo, cargada de ironía y manifestante de una clara postura política, esta pintura constituye el primer antecedente de un gran cambio que condujo al autor a enrolarse en el campo de la vanguardia estética y política.

A posteriori, el artista inició una etapa de alejamiento de la pintura. Paulatinamente, derivó en la construcción de objetos e instalaciones. Modalidades con las que representó ideas específicas utilizando pocos elementos. 1000 litros de agua y 1000 litros de aire y Agua de todas partes del mundo son trabajos que dieron cuenta de la especificidad de sus reflexiones. Dichas experiencias culminaron en 1968 con la realización de la serie Paisajes.

A lo largo de ese proceso en donde ahondó en el Conceptualismo, sus propuestas adquirieron un tono más activista. Situación que se agilizó en 1968, al convertirse en uno de los principales promotores e integrantes del movimiento de vanguardia de Rosario. Tucumán Arde fue una obra de acción a través de la cual se puso en evidencia tanto la oposición a los medios de legitimación vigente como las expresiones políticas colectivas de dicho grupo.

Luego del gran impacto causado en el campo artístico por esa presentación, Renzi abandonó la actividad plástica por razones éticas y estéticas.
No obstante, radicado en Buenos Aires, reinició su actividad plástica en 1975 con un marcado realismo, tomando como referentes a Augusto Schiavoni y Manuel Musto. A fines de los años 70, ese lenguaje se tornó más conceptual y en la posterior década, sus imágenes se caracterizaron por una figuración más libre. En ellas, el gesto y la pincelada permitieron trazar puntos de contacto con las estéticas neoexpresionista y neofigurativas. En 1985 volvió a fijar su atención en la representación pictórica de objetos cotidianos. A partir de un lenguaje expresivo de tono dramático plasmó dichos elementos.

En su último período de producción, Renzi empleó algunos íconos utilizados por los artistas de las vanguardias rusas. Estrellas de cinco puntas, martillos y letras fueron algunos de ellos. Esas formas condujeron al artista a entablar vínculos con distintos momentos de la pintura moderna, en tanto empleó a la cita como mecanismo de apropiación y resignificación del pasado. Procedimiento llevado a cabo en función de una reflexión sobre la historia del arte, los acontecimientos históricos, sociales y políticos del contexto.
En 1990 realizó la instalación Superficies Iluminadas en el CCR, y en 1991, un mural cerámico en la estación de subte Medrano de Buenos Aires.

A lo largo de su carrera dictó numerosas conferencias sobre artes plásticas, escribió manifiestos y prólogos de catálogos. Se desempeñó como Profesor de Pintura en la ENBAEC, y coordinador del taller de pintura del CCR. También como diseñador gráfico y publicista. Además, realizó performances, audiovisuales, producciones multimedia y experimentales.

Expuso sus obras en forma individual y colectiva en galerías y museos de Argentina, Uruguay, Colombia, México, Brasil, Venezuela, España, Inglaterra y Bélgica.
Obtuvo, entre otras, las siguientes distinciones: Mención de Honor, Salón de Arte Moderno, AAR 1965, Gran Premio Adquisición, Salón de Pintura Joven del Litoral 1966, Faja de Honor Ver y Estimar 1968, Premio de Honor Prilidiano Pueyrredón 1982, y Premio Mención al Artista del Año, AICA 1982.




Otras obras